La maternidad y la paternidad es, sin duda, una de las experiencias más enriquecedoras de la vida. A través de cada día, observamos, experimentamos y aprendemos con el objetivo de que nuestro bebé crezca y se desarrolle plenamente, con salud y bienestar.
Pero, seguramente en los primeros días, semanas y meses de nuestra hija o hijo, has sentido miedo o dudas sobre cómo saber lo que es mejor. Y más aún, cómo saberlo cuando todavía no dice sus primeras palabras.
¡Tranquilos, todos estamos aprendiendo juntos!
Lo importante es que recuerdes que aunque un bebé no puede expresar en palabras todo lo que siente, siempre buscará una manera de manifestar su necesidad o incomodidad, por lo que en sus primeros días es muy probable que te lo comunique a través del llanto.
¿Te ha sucedido que al escuchar el llanto de un bebé comienzas a preguntarte si se encuentra bien?
Esto es así debido a que el llanto es una de las primeras formas naturales de comunicación de los seres humanos al nacer y para la mayoría de las personas el hecho de escuchar a un bebé llorando es una señal de alarma.
¡Así es! Está en nuestra naturaleza identificar este lenguaje no verbal.
Pero ¿Cómo reaccionar frente al llanto de nuestro bebé?
Nuestros dos primeros consejos son:
- Número 1. No respondas de manera sobresaltada. Lo mejor siempre será actuar con tranquilidad y paciencia.
- Número 2. Debemos confesarte que, en la mayoría de los casos, únicamente es cuestión de atender una sensación desagradable: de frío, calor, hambre, necesidad de dormir o cambiar de posición.

Con el paso de los días al lado de tu bebé aprenderás a identificar el motivo de su llanto. Por ejemplo, una manera de diferenciar el llanto a causa de cólico o por hambre, es la siguiente:
- Cuando es por cólico, el bebé llorará violenta e intensamente de un momento a otro, generalmente flexiona las piernas y los brazos con energía.
- Mientras que cuando es por hambre, el llanto inicia como un quejido que va en aumento hasta convertirse en llanto.
Otras veces, el bebé puede llorar por el cambio de rutina o por la tensión en el ambiente; es decir, si durante gran parte del día el bebé estuvo acostumbrado al silencio en casa y más tarde tienes visitas de amigos o familiares, este cambio en su entorno: las voces, el ruido y la aceleración en el movimiento, provocarán agitación en el bebé.
Lo mejor será observar la conducta del bebé cuando llora e identificar su tipo de llanto, de esta manera podrías percibir cuando llore por enfermedad y atender su sensación de malestar.
El llanto por enfermedad suele ser diferente y generalmente está acompañado de otros síntomas de advertencia.
Tu bebé cuenta con reducidas maneras de manifestar sus peticiones, su llanto es normal y natural, ¡no te estreses!
Es común que la mamá y el papá sientan ansiedad o frustración por no encontrar la causa del llanto, pero esto se irá solucionando conforme conocen a su bebé. Aún así, recuerda que en caso de que el llanto continúe por un periodo más largo, siempre podrás solicitar la ayuda de su médico.