Revista No. 7
Agosto, 2023
Es importante conocer el tipo de piel que poseemos ya que el equivocarnos puede llevar al uso de productos inadecuados para nuestro tipo de piel. Se conocen cuatro tipos principales de piel:
- Piel normal: Es de textura suave, sin espinillas, poros abiertos, áreas grasosas o resecas; para este tipo de piel solo se requiere cuidado básico, basado en limpieza y tonificación, cremas de día y de noche.
- Piel grasa: Se caracteriza por sobreproducción de sebo, que ocasiona poros abiertos, espinillas y puntos negros. Es muy común durante la adolescencia por efecto de los cambios hormonales. Contrario a lo que se piensa además de la sebo regulación requiere de tratamiento hidratante. Es necesario realizar una limpieza correcta para eliminar el maquillaje, contaminación y exceso de células muertas que puedan empeorar la tendencia al acné.
- Piel seca: Es de aspecto opaco y puede descamarse, forma arrugas con facilidad por lo que es la que más cuidados requiere. Pueden usarse cremas hidratantes, que la protejan, le devuelvan la elasticidad, disminuyan la comezón y sensación de tirantez. Se debe considerar que un factor importante para la hidratación de nuestra pile es mantener nuestra hidratación corporal.
- Piel mixta: En este tipo de piel se encuentran áreas secas y otras grasosas, por lo que se deben mantener cuidados que consideren ambos aspectos, hidratar las zonas secas y reducir la producción de sebo en la zona grasa. Es recomendable tratar las distintas zonas por separado para obtener mejores resultados.
Se suma a estos tipos de piel una clasificación que puede coexistir con cualquiera de ellos.
- Piel sensible: es una piel delicada, que se irrita con facilidad y es propensa a reacciones alérgicas. Cualquier cambio de clima o cosmético puede irritarla. Por lo que si posees este tipo de piel hay que tener la precaución de usar productos especialmente diseñados para sus necesidades, hipoalergénicos e inocuos.
Es importante mantener hidratada y protegida la piel independientemente del tipo que sea, el pantenol y el bisabolol, que alivian, reparan y protegen la piel, además de ayudar a mantenerla humectada, reduce la sensación de tensión/tirantez en la piel y promueve una rápida reparación en resequedad de la piel.
Referencias
- Divins M. Cuidado facial. Farmacia Profesional. 2010:24(6):42-47.