Durante el embarazo tu cuerpo atraviesa por muchos cambios físicos, hormonales y emocionales; estos cambios favorecen que sufras de infecciones vaginales que a su vez pueden ocasionar complicaciones para ti o para tu bebé.
¿Qué es una infección vaginal?
Ocurre cuando los microorganismos (bacterias, hongos y/o parásitos) que normalmente no se encuentran en la flora de la vagina se instalan, creando un desequilibrio entre las bacterias “buenas” y las “dañinas”.
Los síntomas con los que regularmente se presentan son: ardor, comezón, inflamación, dolor, flujo abundante y mal olor. Como habíamos mencionado la infección puede aumentar la probabilidad de que el bebé nazca antes de tiempo o con bajo peso.

¿Cómo prevenir una infección vaginal?
La zona íntima es muy sensible a las sustancias irritantes y sensibilizantes, además de que la humedad favorece el crecimiento microbiano, razón por la cual es muy importante mantener el área saludable, para lo que proporcionamos algunos consejos:
- Limpia la zona con agua y secala bien, después de cada lavado; pero sin frotar.
- Siempre que emplees un producto de aseo íntimo, debes seleccionar uno específico para la higiene del área y enjuagar bien la zona después de su aplicación.
- No utilices duchas vaginales; el lavado continuo ejerce un efecto de arrastre que además de la suciedad, elimina parte de los microorganismos no infecciosos y modifica el pH, alterando el equilibrio de la flora local.
- Evita el uso de esponjas o utensilios que aumenten el arrastre y puedan “guardar” microorganismos infecciosos.
- Utiliza papel higiénico suave, sin colorantes ni aromas.
- Utiliza ropa interior de algodón, que no sea demasiado ajustada.
- Evita permanecer con la ropa interior húmeda, después de nadar o de realizar ejercicio.
- Realiza la limpieza después de ir al baño de adelante hacia atrás.
Cuando se presenta prurito y/o resequedad vaginal, se recomienda:
- No rascarse, el rascado aumenta la irritación y puede originar lesiones.
- Hidratar la zona con un gel específico.
- Colocar sobre la zona genital una bolsa de gel frío envuelto en un paño limpio para aliviar la molestia.
En caso de detectar flujo anormal o algún otro de los síntomas antes mencionados, acude con tu ginecólogo, con el fin de recibir tratamiento adecuado y oportuno.