Un bebé que nace vivo antes de cumplir las 37 semanas de gestación, se considera prematuro, ya que el parto inducido o la cesárea no deben realizarse antes de las 39 semanas, con la única excepción de que el médico lo indique.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen 15 millones de niños prematuros y, ¡la cifra está aumentando cada año!
Pero, ¿Qué ocasiona que un bebé nazca de manera prematura? La verdad es que no se conocen las causas exactas que permitan crear soluciones concretas, ya que un bebé prematuro nace de manera inesperada. Sin embargo, los factores más frecuentes están relacionados a:
- Embarazo múltiple en la mamá (gemelos, trillizos, etc.)
- Infecciones y enfermedades crónicas; por ejemplo: diabetes, hipertensión, etc.
- Genética de familiar
Un bebé que nace a término promedio cuenta con características diferentes que lo hacen mucho más sano que un bebé prematuro. Por ejemplo, un bebé promedio pesa alrededor de 3,17 kg, mientras que un bebé prematuro podría pesar 2,26 kg e incluso menos.
Si tu bebé es prematuro, requiere de cuidados especiales que te señalará tu médico, algunos de ellos son los siguientes:
- Al carecer de suficiente grasa corporal que le permita mantener una temperatura adecuada, el bebé debe colocarse en una incubadora o en una cunita neonatal con calefacción para mantenerlo calientito durante su estancia en el hospital.
- Al estar en esta incubadora, en la medida de lo posible trata de pasar tiempo con él. Visítalo frecuentemente en la sala de cuidados especiales prenatales. Posiblemente no esté permitido cargarlo, pero toca y acaricia suave y cariñosamente su piel con tus dedos, siguiendo todas las medidas de higiene y seguridad que te recomienden.

- Si el bebé se encuentra estable de salud, consulta con el personal médico si es posible realizar la técnica canguro; es decir, piel a piel, ya sea mamá y bebé o, papá y bebé. Esto con el propósito de crear y reforzar un vínculo de amor, así como brindar seguridad y protección al bebé.
- La leche materna es una gran y maravillosa fuente de nutrición para el bebé, de esta manera ganará peso en su desarrollo y así, reducir posibles infecciones. En la mayoría de los casos, un bebé prematuro no tiene la capacidad de mamar o succionar la leche de un biberón, dependerá de las instrucciones que realice el médico, pero una opción es usar una bomba para sacar la leche y posteriormente, alimentarlo a través de una sonda.
- En caso de que no puedas darle leche a tu bebé, existe la opción de bancos de leche o, fórmulas especiales que están enriquecidas para cubrir las necesidades de bebés prematuros.
- Cuando finalmente el bebé llegue a casa, es importante acomodarlo boca arriba al dormir y revisar de manera continúa que se encuentra en esta misma posición para reducir el síndrome de muerte súbita del lactante.
- Asegúrate de que el bebé cumpla con todas sus vacunas, de la misma manera todos los integrantes de la familia deben estar al día con las vacunas que aconseje el médico.
- Durante las primeras semanas de llegada del bebé evitar llevarlo al exterior, especialmente si es periodo de invierno o hay un clima frío. Si es posible que el médico asista a tu casa, opta por esta opción. Un bebé prematuro es mucho más sensible a los cambios de temperatura y esto puede afectar sus vías respiratorias y su salud.
Sabemos que los cuidados especiales que requiere un bebé prematuro, alejan a sus padres de la cercanía que pudieron imaginarse en los primeros días de vida con su bebé. Esto puede ser frustrante y doloroso pero sólo así, siguiendo las recomendaciones médicas será posible asegurar un buen desarrollo para tu bebé.