¿Habías escuchado hablar de los bebés arcoíris?
Un bebé arcoíris es la hija o el hijo que llega a la familia posteriormente al fallecimiento de un bebé nacido o no nacido.
Ya sea que la pérdida del bebé haya sido en etapa gestacional, en el parto o postparto, es evidente que ésta provoca un gran dolor, acompañado de lágrimas que representan la lluvia; es así como detrás del sufrimiento en la tormenta, un bebé arcoíris simboliza la luz y los colores de la vida porque, después de la tempestad aparece la luminosidad y con ella el arcoíris.
Desde el punto de vista de la psicología, se sugiere a la familia aceptar la pérdida de su bebé, abrazando el sentimiento, deseos y sueños que se vinculan a un ser tan amado y esperado en la vida, ya sea que el bebé haya nacido o no lo haya hecho, es un pequeñín que existió y está permitido considerar su identidad dentro la familia.

Anteriormente, si una mamá perdía a su bebé se le pedía no hablar del tema, no recordarlo y embarazarse enseguida para suplir la muerte del bebé con otro hijo en camino. De hecho, al nuevo bebé se le nombraba como al hijo anterior; sin embargo, desde el punto de vista psicológico, es mejor darle su lugar a cada bebé, porque cada ser es especial, así como la llegada del nuevo bebé vendrá en un nuevo contexto para la familia que ha despedido a una hija o hijo.
Los profesionales de la salud mental recomiendan que, tras la pérdida de un bebé, la mamá espere entre 6 y 12 meses antes de volver a embarazarse, esto con la intención de disminuir la probabilidad de padecer un duelo patológico y llevar de manera positiva el embarazo y posparto.
Es conveniente vivir el duelo de un bebé, aunque es un sentimiento fuerte, con un sabor amargo, no es apropiado aplazarlo, lo mejor es vivirlo como debe ser para más adelante recibir a un nuevo bebé, un ser especial que no llega para cubrir la identidad de su hermana o hermano el “bebé estrella”, ni de nadie más.
Si el dolor por la pérdida del bebé le impide a la mamá querer embarazarse de nuevo o, si el nuevo bebé ha nacido y no es posible que la mamá se relacione con su hijo o hija por temor a perderlo de nuevo, es necesario platicar con su médico o consultar con un especialista en psicología perinatal.